En ocasiones el ser humano es una máquina de intereses, cuando estás vivo y en buena posición te buscan para pedirte favores, pero pobre de ti que no les eches una mano, eres el ser más despreciable y te inventan todas las historias posibles para desprestigiarte.
Pero es que ese tipo de personas no sabe todo el tiempo, esfuerzo y sacrifico que uno hace para llegar donde está; quizás si ellos te hubiesen visto en ese trayecto tan sólo te hubiesen mirado y se hubiesen mofado diciendo que eras un tonto por lo que hacías cuando te podías valer tranquilamente de otras personas y situaciones.
Pero que bonito es saber que lo que has conseguido es por tu valentía, por tus ganas de salir adelante, de hacerte un nombre en medio de una jungla de seres que no tienen un propósito en la vida, pues ellos tan solo sabrán comentar lo bonito que es la cima del éxito sin conocer el verdadero valor de nuestros sacrificios.
Mientras vives ellos te buscarán y te alabarán pero cuando pasas a ser eterno, vivirás en la mente de ciertos y serás un recuerdo en la mente de otros.
Pero que ingratos que son los seres humanos, cuando les eres útil ahí están pero cuando no, ni un pan te lanzan para que calme tu hambre, no les importas si estás bien o si algo te falta, al final ya no les sirves.
En la vida hay que aprender a ser agradecidos con todas las personas que en tu camino se cruzan, no importa el tipo de lección que te dejaron. Lo que importa es que hicieron de ti una mejor versión, aquella que siempre sabrá decir un gracias y que te llevará por siempre en su recuerdo y en su memoria.